Tras ser la elegida para la inauguración de la Semana de Cine de Valladolid, fuera de concurso, y designada por la Academia del cine español para que le represente...
Título: | TAMBIÉN LA LLUVIA | |
Tit. Orig.: |
TAMBIÉN LA LLUVIA | |
Nacionalidad: | ESPAÑA, FRANCIA, MÉXICO, 2010 | |
Dirección: | ICÍAR BOLLAÍN | |
Guión: | PAUL LAVERTY | |
Fotografía: | ÁLEX CATALÁN | |
Música | ALBERTO IGLESIAS | |
Interpretes: | LUIS TOSAR, GAEL GARCÍA BERNAL, KARRA ELEJALDE, RAÚL AREVALO, CARLOS SANTOS, CARLOS ADUVIRI, CASSANDRA CIANGHEROTTI, DANI CURRÁS | |
Censura: | NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 7 AÑOS | |
Duración: | 101 MINUTOS |
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Por PACO CASADO
Tras ser la elegida para la inauguración de la Semana de Cine de Valladolid, fuera de concurso, y designada por la Academia del cine español para que le represente al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, llega a las salas "También la lluvia", quinto título como directora de Icíar Bollaín.
En abril de 2000, en Cochabamba (Bolivia), estalla la Guerra del agua, en la que el gobierno boliviano pretendía ceder a una multinacional el monopolio del líquido elemento a lo que se oponían los pobres habitantes del lugar.
Momentos antes llega el equipo de un film en torno al descubrimiento de América por parte de Colón y la consiguiente conquista y colonización, con Fray Bartolomé de las Casas como encargado de la evangelización y defensor de los indígenas.
El guión de Paul Laverty, habitual guionista de Ken Loach y actual pareja de la directora, hace un paralelismo entre ambos hechos históricos, en los que se dan circunstancias semejantes de explotación de los nativos, a los que se les exigía entregar una cantidad de oro e igualmente ocurre con la multinacional que pretende quedarse con el agua y los sueldos míseros que paga el productor Costa a los pobres extras de la cinta y encima exige a su líder que no participe en las manifestaciones de protesta ciudadanas porque peligra la finalización de la misma.
A lo largo del argumento se mezcla realidad y ficción y se deslizan algunos temas como el compañerismo, la mala conciencia, la amistad, las miserias del colonialismo, la explotación, la denuncia de la hipocresía del imperialismo (antaño el español, ahora el americano), la ambivalencia entre el oro y el agua como bienes preciados o la idea de que terminar la película es menos importante que salvar la vida de un ser humano.
En Icíar Bollaín se nota la influencia del guionista por la cercanía a la directora, que ha tomado un tinte más social de carácter internacional ya que éste ha denunciado en otro momento la precariedad de algunos países sudamericanos.
Antes su cine era más doméstico, caso del maltrato en "Te doy mis ojos" (2003), pero siempre lleno de nobles intenciones.
Aquí es la explotación de los indígenas y la rebelión en contra de la explotación del agua.
La película hace un duro retrato acerca de la moral de algunos hombres buenos que defienden su dignidad frente a los intereses malvados de la multinacionales que evitan el progreso del tercer mundo explotando impunemente sus recursos naturales.
Icíar Bollaín, que ha ganado en aplomo a la hora de poner en escena el que posiblemente sea su film más ambicioso en cuanto a sus pretensiones, lo hace de forma realista, pero con sensibilidad y sin discursos demagógicos, a pesar de que las barbaridades que se cometían hace quinientos años se siguen produciendo igualmente en el actual siglo XXI.
Es más que un film digno, complejo, bien realizado, con un buen trabajo de Luis Tosar o de Karra Elejalde, que no sabemos si la Academia de Hollywood captará sus buenas intenciones a la hora de las nominaciones a los Oscar.